terça-feira, 6 de novembro de 2018

PÁGINA EN PROCESO CREATIVO, iniciado poco antes de mi 69 cumpleaños. Iré ampliándola poco a poco, como a mí me gusta, escribiendo sobre fragmentos, a borbotones, sin seguir un orden lineal en la narración, y regresando al párrafo en otro momento, para deconstruirlo o ampliarlo.
Lo que voy a publicar a continuación en letras negras es, más o menos, el texto para el diario FARO DE VIGO que Fernando Franco publicó el 28 Oct.2018, con algunas precisiones mías. Al margen de su estupendo trabajo periodístico, que consistió en hacer una síntesis a su manera de cuanto yo le transmití, me voy a autocomplacer en ir añadiendo en azul, para mis amigas y amigos, algunos recuerdos o reflexiones que me llegaron a la mente después de leída su publicación. Estos añadidos irán creciendo en extensión a lo largo del tiempo. Agradezco que vayáis comentando, para perfeccionar esta historia, en la que vosotros estáis, también, incluidos. Abrazo especial, Fernando.

Fernando Franco está escribiendo, según le entendí, un libro de memorias de las gentes que conoció y le tocaron, la esencia de la vida contemplada desde la madurez. Cada memoria individual cubre dos páginas del periódico más vigués. Eso es ser un Faro y un fareiro, compañeiro, un faro que guía a interesantes navegantes de la vida que entran o salen en la bella ría y puerto de Vigo, ayudándolos a la aventura del mundo o a retornar a su país del verde y la lluvia, de la mar y de su fuerza, que es la suya, mundo adelante y pa dentro.

MANUEL CASTELIN, Artista plástico, viajero y cofundador de ecoaldeas.

PRÓLOGO DE FERNANDO FRANCO:
Conocer la historia de Manuel Castelin

Oírle o leer lo que escribe de su pasado obliga a un ser normal occidental a abrir su mente e ir más allá de la vulgar cotidianeidad de quienes simplemente pasaron la vida haciendo lo que espera de nosotros la sociedad convencional. Castelin, pintor, hijo de un conocido médico vigués fallecido en los años 60, voló por su cuenta muy pronto y evolucionó por caminos alternativos, un punto mágicos, viajando primero por Europa, viviendo en sus primeras comunas hippies y recorriendo después la Latinoamérica profunda, la de las selvas, chamanes, rituales... donde vivió y cofundó ecoaldeas, conoció a su mujer y tuvo tres hijos. Increíblemente, supo vivir fuera del sistema y al tiempo conseguir dar estudios superiores a sus tres descendientes volviendo a España y, cuando llega ese momento en que la vida anuncia el retiro, marchar otra vez a Latinoamérica con la mujer de siempre, con la que tantas cosas compartió para quererla. Su vida, de una riqueza ajena a lo que entendemos como tal en el mundo occidental, basada en el desapego y en el cambio, conoció desde la ingestión de la ayahuasca a la experiencia de monje, y es imposible de reproducir en estas líneas. Cuando vio que su madre lo necesitaba en Vigo, volvieron para cuidarla y acompañarla hasta los tiempos finales. Así contó su vida a grandes trazos:


EN NEGRO, TEXTO COMPLETO PUBLICADO POR FERNANDO FRANCO, MÁS MIS AÑADIDOS PERSONALES EN AZUL:


Nací en Vigo el 13 de Noviembre de 1949 y me pusieron José Manuel Costas Durán de nombre. El primer piso de Policarpo Sanz 34 era mi hogar natal y la consulta de Pediatría de mi padre, el Dr. José Costas Álvarez, a quien debo una tremenda salud y vitalidad. Mi madre, la bella Gloria Durán del Pozo, hacía esculturas en cerámica y me contaba historias de la Historia Universal, más que cuentos infantiles. De niño yo devoraba historietas y libros y no paraba nunca de dibujar. Desafortunadamente, en lugar de estimular aquellos dones, me metieron en el Colegio Muro, con la mejor intención de que, a base de tortazos, me quitasen aquellas aficiones tan poco prácticas y las sustituyesen por el disciplinado estudio de materias serias que me elevasen socialmente a ser médico como mi padre y mis abuelos maternos. 








La viguesa playa de Samil: el lugar donde más feliz me sentía en compañía de mi padre, gran nadador, de mi guapísima madre y de mi hermanita Marigloria, que se encantaba de escuchar todos los cuentos que yo inventaba para entretenerla.

Mi padre se murió teniendo yo 15 años y me enviaron interno a un castillo moro en Toledo. Cualquier lugar lejano era una liberación después de lo oprimido, maltratado y encerrado que me había sentido dentro del Colegio Muro y decidí que nadie me impediría ser artista y viajero. 

(El recuerdo mas marcante que tengo del Colegio Muro, donde sentí en carne viva la opresión del fascismo educativo, educación en el sometimiento ciego a los que mandan, es la imagen de mi valeroso compañero, Costa Parada, honra para él, plantándole cara con la mayor dignidad a uno de nuestros profesores-verdugos mientras éste lo torturaba ante la miserable impotencia de todos nosotros, hasta hacerle salir sangre). 

Parece que tales campos de concentración escolares no eran raros en el franquismo. Mi amigo Fernando Magdalena, de quien no se puede decir que no es un hombre apasionado por el conocimiento, me comenta que sufrió los mismos bárbaros abusos en el Colegio Labor de Vigo. Espero vuestros comentarios.



En Toledo, donde descubrí la grandeza del Greco, todos los caciquillos castellanos de mi clase me obligaron a pelear con ellos por el simple hecho de ser gallego, lo cual me hizo consciente de mi fuerza y tenacidad. 

(Aprendí allí de aquellos bravísimos muchachos que se creían descendientes directos del Cid Campeador -y mucho lo agradezco-, que, para no dejarme avasallar, tenía que mostrarles que un adaptativo gallego podía adaptarse a resultar más castellano y español que ellos, en cuanto al talante, carácter, estilo y virtudes de guerrero que, para bien o para mal, forjaron la historia hispánica. Eso me sirvió, más tarde, para amar a Hispanoamérica o el Brasil tanto o más como los hispanoamericanos o brasileiros que mejor amaban.)





Seguí interno en la Universidad Laboral de Córdoba, donde lo mejor era escapar a correr en chándal de madrugada por Sierra Morena, entre manadas de negros toros de lidia. La madrugada siempre es el mejor momento de mi energía, como para Pedro Madruga. 
 Aquel fue un lugar y un año de gran despertar para míArquitectónicamente, la Universidad, regida por los Dominicos, era un lugar supermoderno, un anticipo de lo que mucho después yo encontraría en Brasilia, donde se estimulaba la pesquisa integral.


En 1968, en el auge del mundo bipolar de la Guerra Fría, con la Espada de Damocles Nuclear de los poderes hegemónicos amenazando al planeta todo, una nueva generación, la nuestra, rasgó el frío y gris Telón de Acero que cubría igualmente a Oriente y Occidente. No voy a repetir lo mucho que se escribió sobre el espíritu de aquel momento. Sólo consignar las dos frases revolucionarias que, para mí,mejor nos definían. "Sed realistas, pedid lo imposible" y "La imaginación al poder". 


Eran dos frases político-sociales completamente artísticas.  Como todo lo artístico y poético, abierto a las interpretaciones subjetivas de aquellos a quienes impactaban. A mí no me importaba nada lo que quisieran decir sus autores, me importaba lo que decían para mí.

Yo me preguntaba lo que significarían, aplicados a mi propia vida personal, la realidad, el poder, lo imposible a conseguir con mi propio pequeño poder o el de mis afines, si consiguiésemos conjuntarnos frente al gigantesco poder del sistema opresor bipolar mundial. 




Yo intentaba imaginar cómo debía de ser el poder de nuestra imaginación para llegar a liberarnos de aquellos formidables y hasta castradores condicionamientos y como hacer de forma realista, de mi propia imaginación (lo más libre y amplio que parecía tener) mi poder escoger mi propio camino de vida, y no vivirla solamente en sueños, tal como la vivían robóticamente la mayoría de súbditos dóciles de los dos sistemas en pugna. 


Buscaría averiguarlo viajando por el mundo, conociendo, practicando, entrenando, saneándome, tanto hacia afuera como hacia adentro. A la derecha, uno de mis cuadros posteriores, que expresa ese autorescate. 
¿Quién es su propietario ahora? por favor, mándame una buena foto y te regalo un dibujo. Lo mismo a todos los que tengan cuadros míos.
Escribid, por favor,  al móvil 682 26 31 76


MI PRIMER VIAJE ESCOGIDO

En las vacaciones de  Semana Santa no quise ir a Vigo. Desde Córdoba comencé a dar la vuelta a Andalucía en auto-stop en vacaciones. En el extremo sur de España, la punta de Tarifa, miré al hotizonte al otro lado del Estrecho y vislumbré los perfiles nebulosos de la costa africana. 
El país de los moros, del tenaz enemigo de mi patria durante mil años, tal como nos habían enseñado. Una curva gumía afilada, una cruel sonrisa sensual en un rostro barbado y fanático de pirata. Los terribles moros violadores de mujeres y hombres. Lo que imaginé me dió miedo, le di la espalda y me dirigí en auto-stop hacia el norte, hacia lo conocido. 

Paró un auto en el otro lado de la carretera, la que se dirigía al sur. Salieron de él dos chicas nórdicas de mi edad, con sus mochilas, y comenzaron a hacer dedo. Me parecieron tan atractivas que crucé e inicié una conversa gentil en mi inglés con minúscula de estudiante. Cuando supe a dónde pretendían ir, me quedé helado.

-¿A Marruecos? ¿Solas? Pero esos moros... os van a secuestrar, os van a violar... Acabaréis en un harén.-
Una de las chicas me miró desde el cielo de sus ojos azul Finlandia y sonrió levemente. Enseguida me di cuenta que, aunque ella tenía dieciocho o diecinueve años como yo, era infinitamente más vieja, mejor dicho, más madura. Mucho más mujer que yo hombre. Segura de sí misma y determinada.

-Sabemos cuidarnos- Fue lo único que dijo. Y yo me sentí pequeño, muy pequeño, y avergonzado de mis impotencias, mis prejuicios y mis miedos, todo puramente mental y aprendido, todo falto de experimentación y comprobación. Eso es la cobardía y la ignorancia. Me sentí una mierda.

El resto de mi vuelta a Andalucía toda, mi primer viaje escogido en auto-stop, me supo a nada. Excursión infantil por casa, sin verdadera aventura. Mi imaginación acompañaba con admiración y envidia a las dos valientes jóvenes escandinavas.

MI SEGUNDO VIAJE A DEDO
Cuando llegó el verano me esperaba mi madre en  Vigo. Le escribí que iba, pero que llegaría en auto-stop. No le expliqué mi itinerario, o trataría de impedírmelo. Con mínimos ahorros, crucé el Estrecho de Gibraltar, descubrí Marruecos y el sabor excitante de la aventura y llegué hasta su capital, habiendo sido en toda parte muy bien acogido y tratado con noble hospitalidad por los marroquíes. Incluso hice amigos. Los miedos a lo desconocido sólo se superan penetrando con deterninación en lo desconocido.



Cruzando el Estrecho de Gibraltar a la vuelta de mi primer viaje de aventura a Marruecos. 1968, el año-revolución en que un mundo diferente comenzaba.

EL MAESTRO PINTOR
Mi madre tenía amistad con el pintor Laxeiro. 
(También con Lugrís, Barreiro, Lodeiro, Sucasas, que me enseñó gentilmente a imprimar un lienzo, y otros creadores).



Cuando yo regresaba a Vigo, masticaba cuanto Laxeiro decía del Arte y los artistas. Aprendí de su libre hacer que no era bueno encajonarme en el marco de ninguna de las modas o tendencias ya aceptadas, ni tradicionales ni vanguardistas, sino absorber todo cuanto me impactaba y dejar que mi ser lo exteriorizase tal como lo sintiese en el momento, personalizado y sin etiquetas, aunque siempre te las acaben poniendo. Arte como espejo de la propia mente y emoción. 

Arriba: Con Laxeiro, ante el cruceiro de Hío, Ría de Pontevedra.

MAESTROS LITERARIOS
Como médico, mi padre recibía una enorme cantidad de propaganda médica. Lo mejor de todo aquello era un librillo-magazine llamado "La Hora XXV al servicio del médico", que contenía, entre publicidades de laboratorios, preciosos fragmentos escogidos de lo mejor de la literatura mundial, que yo leía avidamente, manteniéndolo escondido entre las páginas de un intragable libro de matemáticas, atento al menor ruido delator del acercamiento de mis mayores, para arrojarlo detrás del sofá, mientras fingía sumergirme en ecuaciones y teoremas. Desde entonces tengo un oído de guerrero, capaz de despertarme en lo más profundo del sueño, al menor ruído.


Aquello me dió una enorme cultura literaria antes de los 15 años, y mucho lo agradezco, aunque no prestaba atención a la poesía y dejaba "para cuando fuese mayor" cuanto no llegaba a comprender. Aunque un día mi hermanita, sin yo saber, vendió en sacos todas aquellos librillos que yo guardaba en el sótano a un trapero, para comprarse unos jeans. Hoy se puede ver en Internet cómo aún son apreciados y buscados aquellos libros.  

Después leí en una colección de libros de bolsillo muy asequible (honra a este tipo de editores que piensan en el pueblo) este libro, a la izquierda, y me vacunó contra todo el radicalismo tribal que significan el racismo, el fascismo, el chauvinismo, el nacionalismo, el regionalismo y todos los miserables ismos exclusivistas y excluyentes. siempre victimistas y victimizadores, siempre en guerra contra alguien, personas o grupos. Vaya si es importante la literatura que, contando cuentos, hace pensar con la emoción.


Pero, de repente, los hormonios afloraron en mí una primavera y, con ello, la sensibilidad poética. Anselmo Padín, uno de los hermanos mayores de mi amigo Jeluco, se compadeció de mi inquietud y me hizo un extraordinario regalo: las "Hojas de Hierba" de Walt Whitman, traducidas y enriquecidas por la potencia expresiva del poeta español León Felipe. 
Aquello me inyectó toneladas de entusiasmo para toda mi existencia y, además, un sentido cósmico de mi ser en integración con todo y una dignidad y autoestima que nada más pudo abatir.

Gracias, Anselmo Padín, ni sabes la llama que prendiste, la vida interior que hiciste aflorar en mí. Que la Vida haya mantenido siempre tu fuego vital como tu regalo mantuvo el mío. ¿Cómo te fue en tu caminada? Gracias, Walt de Manhattan y León Felipe. Vean si es importante la poesía.


Cuando Walt ya estaba integrado en mí, conocí a mi primer poeta vivo, también vecino de Vigo. Era poco mayor que yo, pero lo que salía de su máquina de escribir me encantaba y yo me nutría de ello. Dejaré aquí una muestra de tres poemas suyos que lo retratan mucho mejor que esa fotografía de la izquierda. Los dos primeros son poemas de amor muy sencillos, el tercero es una queja existencial.

Una muy querida novia mía de juventud, Fátima, tenía una amiga de una feminidad sabia, etérea y sólida al mismo tiempo, Elba, que me pareció una verdadera hada céltica. Queriendo yo conocerla más, vino a hablarme de su pareja, que  resultó ser el poeta Uxío Novoneyra, que vivía entre los sotos de castaños y barrancos hondos de las montañas del Caurel,  en el corazón de Galicia,  a quien nunca llegué a conocer personalmente. 


Pensé que, con tal mujer, él debía ser un hombre muy interesante y quise escuchar de ella sus poemas, que me conmovieron por su belleza sonora y su profundidad.  Dos de ellos me acompañaron por el mundo porque me los sabía de memoria, y los recité varias veces para enseñar a mis amigos brasileiros como suena la lengua gallega, que fue la misma de los primeros portugueses, antes de que el acento lisboeta la cerrase tanto. Aquí están, seguidos de su traducción al castellano: 

E para onde vou?
sábenno os meus sonos. 
Eu sígoos ata onde sei
que son os sonos meus.

( ¿Y para donde voy?
Lo saben mis sueños.
Yo los sigo hasta donde sé
 que son los sueños míos.)

Ou cor, sempre núo i exposto!
Antes, eu coidaba
que a dor mais fonda
facía inmortal!

(¡Oh corazón, siempre desnudo y expuesto!
antes, yo creía
que el dolor más hondo
hacía inmortal!)

Así es como me los recitó Elba en una noche mágica sobre las murallas romanas de Lugo ¿Te acuerdas, hada amiga? ¿Cómo te fue después, sin tu amado bardo de voz retumbante? 

Eso fue antes de que los académicos normalizaran el Gallego Oficial, en un tiempo en que los poetas podían modelar a su gusto la lengua de nuestro pueblo, que hacía lo mismo. Los de mi generación, especialmente los de Vigo, teníamos verguenza de no saber hablar gallego (por causa del franquismo, decían) o de hablarlo "en farrapo", o sea, en harapos que colgaban del castellano, pero nos apañábamos para usarlo, cada vez que podíamos, en nuestra vida de relaciones próximas, porque no hay lengua más dulce y cariñosa. 

Después de la normalización nos acomplejamos aún más, porque no nos reconocíamos hablando con nuestros paisanos del rural ni con los jóvenes estudiantes, a pesar de que yo escribí una novela en gallego normativo sólo para aprenderlo. Realmente, como yo más gallego me sentía, era hablando portugués de Brasil, por eso me sentía allí más en mi casa que en mi casa. Ahora, cuando me oyen en Vigo los gallegos rurales, me preguntan si soy argentino.


La misma querida novia, amiga de Elba y etérea como ella, la lucense Fátima, a quen conocí en Santiago, después de que mi viajar constante nos distanció, como de tanta querida gente, acabó uniéndose más tarde a otro poeta, Carlos Oroza.
 Cuando, en uno de mis retornos, me encontré con ella tal como si nos hubiésemos despedido ayer, sin el menor resentimiento y con igual cariño, me habló del hombre al que ahora se devotaba y me hizo conocer un poema de él, "Évame Malú",que me pareció la mejor representación del espíritu de la generación beat o pre-hippie, que yo había conocido en Dinamarca y Canarias, y que sólo mucho más tarde llegó a Galicia. Yo ilustraría este poema con pinturas de Matti Klarwein, cuya última gran exposición vi en Palma de Mallorca. Aquí dejo links al poema de Oroza y a las pinturas de Matti.

Fátima ya cambió de plano hace tiempo. También Carlos Oroza, después. ¿Por qué dimensiones seguirá evolucionando tu consciencia si es inmortal, dulce antigua compañera? ¿O se ha fundido con la de quienes tuvimos el privilegio de compartirte y amarte? Al final, consciencia sólo hay una, todos somos gotas del mismo océano.


MARRUECOS A FONDO:
Tras el primero a Rabat, seguirían otros dos viajes sin casi dinero al Marruecos profundo, en una época en que pocos españoles se aventuraban por allí. Hice auto-stop por el Rif o montañas del norte, donde caí por casualidad en Ketama, y por el extremo Sur, hasta Marrakesh y el portal del Sahara en Uarzazat. Mucho para contar más adelante, si me llega la vida. Me quedó la pena de no haber conseguido que me llevasen hasta Adrar, en Argelia, para la dura travesía del desierto en las grandes caravanas de vehículos que la policía organizaba entonces, a fin de entrar al África Negra por Malí.  


Hacia el  69 estuve interno en el Colegio Alba de Vigo. Debió ser allí donde conocí a Fernando Franco, alumno externo, que ya de jovencito era elegante, atento y encantador y lo sigue siendo. 

Su retrato en 2017 a la derecha.

Tengo un recuerdo de los dos ante un fuego en una escapada mía de fin de semana y él contándome que quería ser periodista. También yo quería serlo, pero enseguida  me di cuenta que no podría volar ni crear a mi aire estando empleado en un periódico. Yo ya tenía bien claro que, a ser posible, no quería ser un empleado de nadie, no especialmente para hacer, sometido a un jefe y a un salario, las actividades creativas que más me interesaban y realizaban: escribir, dibujar y pintar. Viva la independencia total en cuanto a lo que nos hace más felices.

Desde entonces, separé con cuidado en mi mente lo que son mis trabajos y mis actividades creativas: Trabajo es todo aquello que sólo haces por necesidad o dinero, o si no, no lo harias. Actividad Creativa es el puro placer de exteriorizar y dar forma a lo más auténtico que tienes para modelar, contemplar, disfrutar o dar, sin preocuparte si viene o no algo más a cambio después.

Dos personas más que ya son parte importante de mí, conocí en el Colegio Alba en 1989: Del primero no tengo una foto y ruego a quien lea ésto y la tenga, que me la envíe como mensaje a https://www.facebook.com/manuel.castelin.3

Se trataba del profesor de Historia del Arte del colegio, Don Carlos Priegue. Un solterón de gabardina que amaba apasionadamente el Arte Bello y que supo transmitirme aquella pasión por medio de su proyección de diapositivas y sus comentarios. Su clase fue para mí, sin duda, lo mejor de toda mi educación y jamás olvidaré el inmenso placer que me daba. Honra para él, buen profesor. Muy, muy agradecido, Don Carlos. Le amo, padre y maestro. Cuando llegamos al Renacimiento Italiano puso una diapositiva y dejó que la admirásemos un rato, sin presentarla ni hacer el menor comentario.
En aquel mágico momento, mirando aquel rostro de mujer y diosa embeleZado (esto es, poseído por la Beleza misma), me enamoré de la Supramusa que desde entonces me habita dentro y me inspira. Nada más digo, pero podría escribir un libro sobre ella y todos mis cuadros son hijos de ella.

Por fin habló el profesor;  -Es "El Nacimiento de Venus", de Sandro Boticelli, de Florencia.- Y siguió explicando el cuadro y aquella época esplendorosa. Luego mostró otras obras renacentistas, pero yo ya sólo veía aquel rostro en todas ellas. Más adelante volveré a contar otras dos anécdotas sobre Don Carlos de la Belleza.


La segunda persona de la que voy a hablar era otro interno del Colegio Alba como yo, vigués, pero enviado muy joven a Venezuela y después enviado de vuelta: Eugenio de la Cruz Silva.


Fue mi mejor amigo en aquel internado. Eugenio tenía  un inacabable interés por la filosofía, por la cultura en general, que complementaba con crítica jesuítica, provocadora hasta lo inaguantable, con un verdadero disfrute de la polémica por la polémica, atacando o payaseando con un humor gallego mordaz, mordiente y hasta tan chusco, que a veces se pasaba siete cuadras y aún resbalaba al final. No tengo reparo en escribir ésto de uno de mis mejores amigos, porque sé que a él le encanta tanto que le critiquen como criticar, siempre que sea de frente.


También podía transformarse totalmente y entrar en una  conversa profunda y sensible, cuando el Eu se calmaba y surgía el Genio. El Eu indiscreto y el Genio profundo, generoso y leal, me salvaron de la general intranscendencia del resto de mis compañeros y me dieron vida y alegría durante todo aquel curso.  Decía que quería ser Tribuno de la Plebe y acabó siendo un competente Graduado Social, que es, con frecuencia, casi lo contrario. 

Fuimos juntos al campamento del Servicio Militar en Figueirido en 1973  y de entonces es el retrato a lápiz que le hice cuando él tenía 23 años, a la izquierda. Te puse a la izquierda, como parecías entonces, aunque tú digas que eres de centro y pareces de derechas, igual que Albert Rivera. Bueno, qué importa eso con los amigos, viva la diversidad.

Hemos compartido muchísimas veces a lo largo de nuestras vidas en Galicia, Andalucía, Mallorca y Colombia, chocando a menudo  y perdonándonos siempre en poco tiempo. Es, prácticamente, el tío y padrino de mis hijos. Todo el cariño, hermano querido. Seguramente ejerció cierta influencia en mi elección de carrera universitaria, pues él ya la estaba estudiando y yo le pregunté.



LA SUPUESTA LLEGADA A LA LUNA EN EL 69



http://noticias.universia.net.mx/cultura/noticia/2016/07/20/1141957/mitos-verdades-llegada-hombre-luna.html
Sigue habiendo controversia si Neil Armstrong pisó la luna o el suelo de un estudio cinematográfico en ese año, mientras sus compañeros orbitaban. Lea, si quiere, el artículo del link encima. Pero a mí me parece que ya tocaba  dar un salto allá, viejo sueño de la Humanidad. Los sueños son para realizarlos. Yo sí guardo un documento relacionado con aquel evento. Un fragmento de una carta que envié a mi madre desde Lisboa, poco antes de ir a ver la película por TV en un bar. 

 GACITUAGA
¿Dónde andarás, querido amigo de juventud, genial Carlos Gacituaga? Te busqué sin encontrarte en Internet, quisiera reencontrarte, darte un abrazo y saber de tu andadura.

Gacituaga me parecía sorprendente, de tan natural que era. Tan sencillo, sereno y bueno  que,al contrario de todo el mundo que conocía, y que yo mismo, no necesitaba ninguna lucha para liberarse y asumirse. Era como si ya hubiese nacido completo y sólo tuviese que hacer crecer su cuerpo e ir tocando y sacando a la superficie, con curiosidad constante y con un cierto ingenuo asombro, cada uno de los muchos talentos que le venían de fábrica: dibujar, pintar, escribir, hacer poesías, tocar el piano y la guitarra... -"Bueno, ésto ya está aprendido, no era tan difícil. Vamos a por otra cosa".- Completamente surrealista, como su casi inexpresivo humor y sus reflexiones, todo muy fino.

Fue un gran privilegio conocerlo y disfrutarlo, hasta que la vida lo mandó a Barcelona, seguramente también de la manera más natural y yo comencé a girar mundo. La última vez lo visité en aquella ciudad, donde era profesor de química. Por la tarde-noche me llevó a conocer a su grupo de amigos y todos juntos hicieron una extraordinaria Jam Sesión de Jazz avanzado. Y todo para sí mismos, para su propio placer,sin ninguna pretensión de proyectarse externamente. Arte por el arte. Seguro que mi amigo no escribiría la palabra Arte con mayúscula. ¿Por qué yo sí la escribo? No hay que darle tanta importancia a nada.

MI HERMANA MARIGLORIA
Cuando bebé, mi hermanita lloraba tanto de noche que mi padre perdió la paciencia y gritó que iba a arrojarla a los perros de Kunne, el cónsul alemán, que los tenía en el patio de nuestra casa, trasero de su negocio. Apenas dos años mayor que ella, grité que no la tiraran, que yo la cuidaba. No la tiraron.
Mis padres se querían mucho y eran muy animados. Prácticamente salían todas las noches y nos dejaban con la niñera, así que yo hilaba continuamente historias que me inventaba para entretener a mi hermanita, y supongo que allí comenzó mi habilidad literaria, conversadora y hasta conferencista.

Esta foto corresponde a su presentación en sociedad, en el Casino de Vigo, junto con otras jóvenes debutantes, en la fiesta de Fin de Año y Año Nuevo 1969, y todos los miembros de nuestra familianos vestimos de gala para acompañarla. Yo la saqué a bailar el primero. Estaba muy linda y radiante, y mi madre también. 
Mi hermana habría de estudiar posteriormente Derecho en Santiago y luego muchos más cursos y especialidades, hasta convertirse en la super-competente Inspectora de Hacienda de la Aduana de Vigo que es hoy, lo cual la llevó a vivir un tipo de vida diametralmente opuesta a la que yo escogí por mi mala cabeza. El tipo de vida que mi madre hubiese querido para mí, mira cómo son las cosas. Casó con un caballero inglés de dos metros de altura, mi cuñado James, hombre muy formal, discreto y cariñoso, y también viajaron mucho juntos en sus vacaciones. Una vez me dió la alegría de aparecer de repente por la Playa del Francés, Alagoas, Brasil, donde habíamos construido una cabaña, a falta de encontrar alojamiento en el pueblo, porque habíamos llegado con la temporada turística comenzada.  Cuando mi madre entró en una ancianidad dependiente, ella la cuidó hasta que yo vine a hacerme cargo.

SERVICIO MILITAR
Después del campamento en la montaña de Figueirido, me enviaron a una división de infantería aerotransportada en planeadores, con base en el cuartel Isabel La Católica, que ocupaba las instalaciones de lo que hoy es el Parlamento Autonómico Gallego, en Santiago de Compostela . Fuera de disfrutar de esa mágica ciudad siempre que podía escaparme (me escapaba cada vez que podía), y de que volamos muy bajo sobre la bella Galicia en unas maniobras en las que soltaron nuestro planeador cerca del aeropuerto de Vigo, el resto de mi período militar fue un maldito secuestro, que sólo alivió la cercanía de mi amigo Carlos Gacituaga y de algunos otros y otras en la ciudad. ¿Qué habrá sido de tí, mi primer amor de Santiago? Que tu fuego se mantenga siempre.

Aprendí allí la diferencia entre un milico y un guerrero. Un milico está ciegamente dirigido por la disciplina y la obediencia al mando. Puede convertirse en un autómata y, fácilmente, en un canalla por cuenta de otros. Un guerrero, en cambio, tiene su autodisciplina, pero no es guerrero si se deja dirigir ciegamente, y sólo obedece a su propia consciencia.

COMPOSTELA
El último intento de mi madre por hacer de mí un señor según sus cánones, fue mandarme a estudiar Graduado Social a Compostela, consiguiéndome como residencia estudiantil la Caserna de Fijosdalgos, quienes eran, salvo una honrosa excepción, la peor mafia de nobles y caciques más innobles e impositivos, con la que me mantuve en irresoluble conflicto. 

(Conflicto en ocasiones muy activo, beligerante y desigual, en el que tuve que defenderme duro de verdaderas canalladas. Honro la hidalguía del conde lugués Octavio Cancio, el único veterano de la Caserna  que vino a sentarse junto a mí, cuando toda aquella facha mafia nobiliaria me hizo un hostil vacío, por negarme a someterme a su vergonzante ritual de iniciación al vasallaje.)

Un mes antes del examen de fin de curso me largué de aquel antro, de aquella carrera y de aquel tipo de vida en compañía de otro estudiante a quien su padre había desterrado de Madrid, por anarquista.
Juntos cruzamos Europa en auto-stop y llegamos a Suecia, que en aquel momento presumía de ser el país más libre y avanzado del mundo. Tras conocer aquello y la Comunidad Christiania de Kopenhague, tuve el privilegio de iniciarme  en una comuna hippie en Canarias, fundada por los activistas  Alfredo Embid y Miriam Álvarez de Sotomayor.

(Sí, una descendiente de Pedro Madruga, que parecía un hada céltica o princesa hippie. Pedro Madruga de Sotomayor. para quienes no lo conocen: el conde que luchó fieramente  todo lo que pudo para salvaguardar la independencia medieval de los últimos feudales gallegos contra el centralismo renacentista de los Reyes Católicos). Encontré mucho en Internet sobre los rabajos y luchas de Alfredo Embid y sobre su muerte anunciada. ¿Que habrá sido de tí, bellísima Miriam? Gracias por vuestra existencia. Te dedico esta canción gallega ancestral. Viven por siempre los magos cósmicos.

Dejo aquí unos links con algunas de las músicas que se escuchaban entonces en aquella comunidad, músicas inspiradoras de una soñada Nueva Era  que aún eran casi desconocidas para la mayoría de los jóvenes de la península, y que servian de fondo inspirador para nuestros Magical Mistery Tours nocturnos en dos o tres autos llenos de chicos libérrimos y chicas hermosísimas por las cañadas del Teide o por las playas y el faro situados ante el acantilado de Los Gigantes. En verdad, lo mejor de aquella época tengo que callármelo.

JETHRO TULL: AQUALUNG

BO HANSSON : MAGICIAN'S HAT 

King Crimson: Lizard 
Frank Zappa: Su Mejor

Un gran salto de mi mentalidad se produjo al conocer a aquella gente tan distinta y tan genial. Me pareció que había crecido quemando etapas  a toda velocidad e intensidad y que jamás podría volver a encontrarme bien como pez de pecera. Me abrí allí a la percepción psicodélica.

Por mi buena estrella, mi primo canario, José Ramón, fue quien me inició a todo aquello, y mucho se lo agradezco. Yo navegaba en el ambiente mágico y grupal de la comunidad, de la cual no era un miembro, sino un"externo encostado" en un lugar muy abierto y permisivo, vivenciándola como un ingenuo alienígena que descubre un nuevo mundo.Sobre todo, navegaba sobre la sentida vibración de aquellas músicas y conversas, llenando cuartillas con dibujos absolutamente fluyentes que llamé en Inglés, en exposiciones en el extranjero, PSICODRAWS o PSICODIBUJOS.



Éste, arriba, fue mi primer psicodraw en la Comunidad de Las Mercedes. Ya está deteriorado por la humedad, los trazos son algo erráticos y convulsivos y sólo tiene valor como curiosidad sobre cómo es que la mente funciona. Mi mente proyectaba previamente las figuras imaginadas sobre el papel y yo no tenía más que calcar la leve proyección con mi rotulador de punta fina, para entintar la línea mental y materializarla. Vea, abajo, una sección en detalle. 

Pasé así esa primera vez lo que me parecieron horas o un espacio atemporal, sin casi levantar el marcador de la misma cuartilla. No vovió a repetirse la percepción nítida de proyecciones mentales en líneas nebulosas, aunque seguro continúan de forma subconsciente. 

En este otro psicodibujo arriba, nervioso pero seguro, rapidísimo, extraordinariamente intuitivo y espontáneo,yo iba girando el papel y descubría una nueva perspectiva donde unir las líneas anteriores para crear una nueva escena  múltiple. Giraba de nuevo, y lo mismo, y así los cuatro lados. Cuando ya todo estaba lleno de figuras concatenadas, seguía pintando nuevos universos figurativos dentro de ellas. Abajo, sección girada.

Multidimensionalismo en el eterno presente. La visión opuesta a la unidimensional del ciudadano "square", cuadriculado, que defínían tanto el filósofo Herbert Marcuse, como los comix underground en inglés de Robert Crumb y de los Freak Brothers apilados en el salón principal de la comunidad, que me encantaban con su megaexpresiva informalidad y, seguro, me influyeron.


Uno de los allegados a la comunidad desprendía un aura tan agresivamente impactante que yo le llamaba Suso Eléctricus. Arriba, un retrato energético suyo, que trata de expresar la vibración que me llegaba de él. Yo le doy un gran valor a este dibujo, más que el resto de los psicodraws de esa época que tengo, y nunca lo quise vender, aunque me insistieron mucho, con tres buenas ofertas de un psicólogo y de dos coleccionistas. No recuerdo si te lo enseñé, amigo Suso Eléctricus.Te mando un abrazo y mi deseo de que hayas vivido una buena vida desde entonces. ¿Qué habrá sido de aquella amiga nuestra? Dedico a su recuerdo una canción de la tierra suya y de la mía. ¿Qué habrá sido de todos aquellos fantásticos compañeros?

Tiempo después me atreví a pintar cuadros multidimensionales a pincel sobre lienzo y a todo color, llegando a presentar en una galería de Dinamarca cuadros como el que se verá en las fotos que publicaré arriba y abajo, que giraban sobre un eje central clavado a la pared, ofreciendo múltiples perpectivas. 

Desde entonces, yo creo que, más que por el Arte (que mucho tiene que ver con las modas, conceptos y teorías culturales contemporáneas),me intereso por el fenómeno mismo de la creatividad mental concentrada y meditativa hasta conseguir entrar en una fluyente percepción atemporal de la Realidad Multidimensional que disfruta intensamente el proceso, más que su resultado final. 

Sumergido en ese proceso, que también sucede al escribir o modelar una escultura o un jardín, uno se siente pleno y enamorando con un super-yo interno, omnisciente e inspirador, seguramente aquello que los artistas antiguos llamaban La Musa, a la cual yo he pintado muchas veces. Realmente, cierro los ojos, pinto sin pretender nada... y me salen Anunciaciones.



Más tarde, viví el alzamiento del barrio de Kreutzberg  en Berlín Occidental, tras Reagan venir a hacer el paripé del Mundo Libre al Charlie Point una vez más. El supuesto Mundo Libre Occidental era tan hipócrita y manipulador como el otro supuesto Mundo Libre que había conocido en una visita al pacato Berlín Este. Creo que en Kreutzberg debió forjarse la canción "In the Wall"de Pink Floyd. Los anónimos alzados de aquel barrio de frontera entre ambos bloques tuvimos claro que no queríamos estar ni "dentro del muro" ni en ninguno de los dos lados ideológicos del muro. Queríamos subirnos al muro de cualquier dualismo maniqueo para volarlo, o bien volar desde él hacia la unidad sin límites.
Este cuadro " El Ayudador", lo tiene mi viejo amigo, el vigués Eugenio de la Cruz, en su despacho de Mallorca: quise pintar el espíritu de la Nueva Era, esta vez un Aquarius en forma femenina, que desciende al mundo para renovarlo, a través de la Puerta Interdimensional que yo imaginaba sobre las Islas Cíes, en la entrada a la Ría de Vigo.

Pasé el resto de mi vida volando sin límites por los continentes. Milité entre los historietistas del primer Cómix Underground Español, publicando en la revista “Bazofia”, que se editaba clandestinamente en Madrid,  antes de hacerme pintor.

Escogí como nombre artístico Manuel Castelin, recordando el castillo de San Servando en Toledo, donde me hice un guerrero, y el que figura en el escudo de mi ciudad junto a un olivo. 

(Elementos simbólicos: El castillo y el olivo de Vigo, la banda azul diagonal de Galicia y la cruz precolombina de América, flanqueada por el rojo de España, los gallegos del norte integrados a los reinos centrales y orientales de la península, y por el verde de Portugal, los gallegos del sur, que prefirieron crear un destino independiente, ya que tuve el privilegio de poder ser puente entre las dos culturas universales ibéricas en el Brasil.)


Nunca tuve morriña porque siempre he sentido mi hogar virtual como una nave galáctica que tiene como base de referencia o raíces un castillo ancestral imaginario en Galicia. Naturalmente, el castillo no está fijado en tierra, sino que flota sobre la atmósfera de la Ría de Vigo, generalmente invisibilizado entre las nubes, y a veces, se va a dar una vuelta por las otras rías hasta Finisterre, Compostela, el norte de Portugal, el Cañón del Sil, las montañas del Caurel o donde le pete al piloto.

(Para quien no conozca esta palabra, "morriña" significa el especial sentimiento de nostalgia, una quemazón en el alma, que los gallegos sienten lejos de su matria, de su tierra-madre. Yo no podía sentirla por tres razones: porque me integraba a pleno interés y gusto en cualquier tierra que me acogiese; porque sentía que donde realmente un humano vive es en su propa mente, y no en la tierra; y porque en mi mente Galicia estaba siempre tan presente como todo el resto del universo que consideraba "mi" universo. El nacionalismo es una exacerbación, a veces patológica, a veces necesaria, de nuestra autoidentificación con apenas una pequeña parte de nuestro ser universal. Nuestra autoidentificación de cada momento y circunstancia amplía o contrae nuestra mentalidad, tal como el objetivo de una cámara.)
Siempre que escogí las montañas para vivir no dejé de pintar en las paredes de mis casas  el mar y un atardecer tras las Islas Cíes, el portal interdimensional que  comunica a mi alma con la Negra Sombra Original.
PROPUESTA EXPO ISLAS CÍES
Ahora que regresé a Vigo, lo que más me apetece pintar son muchas escenas multidimensionales con el Portal de las Cíes como tema, a plena imaginación, colorido suelto y técnicas libres. Aprovecho este blog para solicitar a alguien que disponga de un gran salón de entrada pública y frecuentada con vistas a las islas, un restaurante o bar preferiblemente, que me preste sus paredes para hacer una exposición de  tres o cuatro meses durante el verano, llevando un porcentual del 15% sobre las posibles ventas, más un mural de regalo enmarcando sus ventanas y otro haciendo atrayente su entrada, si me colabora en una buena difusión del evento. Disponiendo de un local adecuado, yo podría preparar la exposición como es debido en los tres meses previos. Contacto: mensaje escrito al móvil 682 26 31 76. No atiendo llamadas de voz de desconocidos.

Antes de lanzarme a exponer pinturas, le dí mucho al dibujo explorando múltiples formas de expresión. Encontré, finalmente una forma de expresarme contundente, un mínimo de  espatulazos, a los que lamé "Acuchillados", una forma suelta y punzante, como mi caráter, muy bien expresado por este acuchillado, "El Animoso"
Este tipo de dibujo me sirvió para impartir varios cursos de Inicio a la Creatividad Plástica, en los que enseñaba a mis alumnos a dibujar 25 acuchillados en una hora, a pleno y auténtico carácter.
  

A principio de los 80 pasé de dibujar, que es como hacer música con un solo instrumento, a pintar a color con acrílicos, que es como dirigir una orquesta. Como primerizo, tal como todos los pintores han hecho siempre, pinté de esa manera que se suele llamar realista o fotográfica, y más tarde impresionista, los paisajes que más me enamoraban o la belleza de las mujeres que iba amando.

Después fui despersonalizando ambos temas  para salir de lo concreto e ir a lo arquetípico, prestando cada vez menos atención a la realidad externa y explorando preferentemente los elementos expresivos esenciales de la Pintura: gracia de la forma en la composición, impacto luminoso y colorístico, soltura de trazo, espontaneidad...
 Y eso es lo que se pretende en la "Venus Transparente" de la izquierda. 

Allá por el 1981 lo disfruté yo, pintándolo. ¿Quien lo disfuta hoy contemplándolo en su propio espacio? ¿Tiene el marco que se merece? Mándame su foto enmarcado y colgado en el lugar donde lo tienes y te contaré, sólo para tí, toda la historia de ese cuadro, que comenzó en Málaga.
https://www.facebook.com/manuel.castelin.3

Mucho me he sorprendido al enterarme cuantas veces cambió de dueño un cuadro que salió de mí hace 20, 30 años.  En los últimos de su vida, Laxeiro me decía que recompraba  cuadros suyos antiguos que estaban en manos de quienes no sabían apreciarlos, perlas arrojadas a los cerdos. También que, a veces, regalaba a un conocido  o conocida  un pequeño dibujo que había pintado en una servilleta de un bar, y lo regalaba sin firma. Si veía que el conocido-conocida lo doblaba en cuatro y se lo guardaba en el bolsillo, adiós muy buenas, desconocido-desconocida. Mi madre tiene uno de esos. Cuando Laxeiro lo vió en su casa, dignamente enmarcado, lo sacó del marco y se lo firmó con una dedicatoria. Tesorito. Cultura.

Cuando se murió Gauguin en Tahití, un marchand parisino subió a un barco y se fué hasta el extremo opuesto del globo, la polinesia Francesa, en busca de cuadros suyos descatalogados. Encontró un paisaje maravilloso en el desván del panadero. -"Sí, a veces no me podía pagar lo que me debía y yo, en trueque, le aceptaba cuadros, pero por pura caridad, no crea usted, porque aquellos cuadros eran malos, y mi pan era bueno. Fíjese usted: ¡Palmeras azules! ¿Dónde se han visto palmeras azules?"- 
Sólo con aquel cuadro, cuando lo revendió en París, el marchand pagó todos los gastos de su viaje y de su búsqueda y sobró dinero y aún había conseguido rescatar cuatro o cinco cuadros de Gaugin más. -"¡Palmeras azules! ¡Qué ridiculez!"-

Más adelante, mis temas  tenían que ver con lo que iba descubriendo en mis viajes o  se inspiraban  en los monumentos culturales que más me impactaban, arte, literatura, al tiempo que todo se iba simplificando, al tiempo que aumentaba en expresividad y en audacia colorística. 
 ejemplo, abajo, Dante en los Infiernos, guiado por el poeta Virgilio.


E
Expuse cuadros en muchos países. En Kopenhague, Dinamarca, en la Galería Jedig, hice mi primer Concierto Sincrónico en 1983, improvisando pinturas al son de músicos en vivo que tocaban a mi lado. Tuve un cierto éxito, gané dinero y me ofrecieron promocionarme en una galería de San Diego de California. En lugar de aquello, decidí invertir lo ganado en cumplir un viejo sueño: conocer la Floresta Amazónica. 

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